Sobre la revista
Número actual
En este número nueve de la Revista Derechos Humanos y Educación hemos pretendido abrir el campo de las investigaciones sobre los Derechos Humanos y la Educación, en relación con las propias vivencias de la sociedad a otras culturas que son muy sensibles y están enormemente preocupadas por situaciones presentes y de futuro de cómo se viven las nuevas exigencias en materia de derechos humanos.
Así, este número se inicia con la pregunta ¿cuál es la calidad del liderazgo en la Educación Superior de la Universidad de Latvia? En coherencia con estudios previos realizados en la línea del profesor Samuel Gento y colaboradores, se evidencia el impacto de las funciones de los líderes pedagógicos en todas las instituciones educativas, repensando la pertinencia y relevancia en los nuevos estilos de liderazgo en
las organizaciones universitarias, que requieren una singular toma de conciencia del papel de los responsables de la gobernanza y nuevos modos de afrontar decisiones e innovar la cultura universitaria.
El artículo presentado cuestiona e interroga las características y estrategias de un liderazgo educativo desempeñado dentro de la institución universitaria de Letonia, singularmente en un periodo de autonomía, desarrollo cultural y diálogo entre culturas, pero evolucionando a partir de la post-presencia de la visión rusa, caracterizada por un estilo rígido y jerárquico en la toma de decisiones. Procede subrayar el acierto de la investigación presentada mediante la aplicación complementaria e integradora
de métodos cuantitativos y cualitativos, que partiendo de los cuestionarios diseñados y validados por el profesor Gento, se amplían y complementan a través de diversas entrevistas realizadas a protagonistas del liderazgo en el Instituto de Ciencias pedagógicas.
El estilo de liderazgo llevado a cabo por los responsables de la citada institución ha promovido la autenticidad, la confianza mutua y el libre desempeño de la labor pedagógica por el conjunto de profesionales que integran la organización universitaria, avanzándose en un compromiso integral y global del conjunto de investigadores y participantes en el auténtico desempeño de una fecunda y liberadora cultura. Todo ello permite implicar al conjunto de docentes de Educación Superior y ofrecer un estilo de liderazgo que respete los retos emocionales y transforme el contexto y el clima institucional, al generar verdaderas prácticas y formas de desempeñar la docencia y la investigación.
Presentación
Artículos
Recensiones
REVISTA DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIÓN
El nacimiento de una Revista Científico-Humanista es la oportunidad para compartir enfoques, ideas, modelos y nuevas formas de entender los problemas, que inquietan a las comunidades de profesores, a los numerosos participantes en la sociedad de las continuas transformaciones y la incertidumbre, singularmente a los creadores de conocimiento en los campos complementarios entre los de Derechos Humanos y la Educación.
Se espera implicar a los investigadores, analistas y críticos de la Educación, del Derecho y de las Ciencias Humanas, en un siglo en permanente adaptación y crisis, para que propicien nuevas líneas de búsqueda con proyección universal, apertura y creatividad a una de las principales formas de aprender a ser persona, que cada individuo, desde sus profundas convicciones, consiga una mayor reflexión y un saber en torno a las actuaciones y continuas formas de aprender a ser para que alcancen los más relevantes logros, orientados a una profunda plenitud existencial.
¿Por qué editar una revista universitaria abierta a todo el profesorado, familias y a las personas de sociedades complejas?
La revista que presentamos, Derechos Humanos y Educación, constituye un ámbito de formación, investigación y auténtico diálogo entre educadores, juristas y personas implicadas en la educación, como una actividad singular de los seres humanos a quienes ha de contribuir a preparar para actuar con responsabilidad, deber y derecho nuclear para llegar a ser durante toda la vida un profesional lleno de ideales para conseguir una auténtica transformación individual, existencial y comunitaria.
La educación es un derecho primario de todas las personas y se desarrolla como un deber abierto, que llenará de esperanza, conocimiento, estilos de aprender y nuevas formas de desempeñarse como ser responsable en una sociedad impactada por la evolución tecnológica, pero necesitada de un nuevo humanismo que sitúa a cada sujeto ante la pregunta nuclear: ¿Cuál es la principal responsabilidad ante uno mismo, la sociedad, el mundo en transformación exponencial y el diálogo entre todos los participantes y la pequeña aldea global?
Los seres humanos han de asumir el reto de la superación permanente en todas sus dimensiones, especialmente en la axiología, la colaboración, la igualdad y la necesaria y armónica compensación, que coloque a los sujetos en una línea de avance y plena solidaridad, asumiendo el reto de la mejora integral y del aprendizaje a lo largo de la vida.
La revista abordará el conjunto de acciones, perspectivas y armonía entre saber teórico y práctico, proporcionando nuevos debates y opiniones para lograr que la educación sea analizada e investigada en coherencia con los permanentes desafíos de la vida y responsabilidades, que atañen a las personas de la sociedad de la complejidad, la innovación, la pluralidad cultural y las alternativas crisis, devolviendo a cada ser humano la toma de decisiones para aplicar el principio de la capacitación a largo de la vida, en coherencia con los continuos cambios y los problemas cada vez más integrales y de policromía de opciones para su solución.
La revista emergerá los aspectos nucleares, que cada persona ha de descubrir y lograr para situarla como un sujeto abierto a la auténtica mejora, requiriendo adaptaciones continuas de las instituciones educativas, los profesionales de la educación y los modelos para reorientar las acciones formativas. Esperamos retomar los procesos de desarrollo personal, institucional y social, que propicien ideas y métodos, que alcancen un pleno apoyo a cada ser humano en las continuas realidades, ante las que ha de promover justificadas transformaciones y sentar las bases para dar respuestas permanentes a los diversos estilos de ser, actuar y compartir proyectos vitales, formas de trabajo y compromisos diferenciados.
Se trabajarán los problemas globales y regionales, que atañen a las personas, armonizando las tendencias locales y universales, que propicien proyectos indagadores, en los que los futuros investigadores, los docentes, las instituciones y los estudiantes como verdaderos protagonistas, han de marcar los núcleos esenciales a ser conocidos, compartidos y resueltos con rigor, responsabilidad y nuevos valores cada vez más cambiantes y emergentes. La diversidad de los estudiantes, la pluralidad de las culturas, la armonía entre las más diferentes realidades y el compromiso abierto a las auténticas innovaciones serán el horizonte que propicie direcciones abiertas y mejoras continuas en las investigaciones acogidas en esta revista.
La complementaridad entre los Derechos Humanos y la educación marcará la línea directriz y se avanzará en evidenciar nuevos derechos, que han de trabajarse en respuesta a los grandes retos de las sociedades convulsas, el impacto de la universidad y la presión de un estilo tecnológico de tomar decisiones y de avanzar en la instantaneidad de la respuesta.
Se espera implicar a numerosos agentes de la sociedad globalizadora, que toca vivir a los jóvenes y de la fuerte presión ante el futuro y los retos de los continuos cambios, procurando aportar fundadas reflexiones, modelos holísticos que contemplen la multitud de datos, los amplios informes de la educación y promuevan devolver el protagonismo y el saber indagador a los expertos y profesionales de los campos del saber, pero en armonía con el descubrimiento de las verdaderos problemas y procesos formativos, de docentes, estudiantes y las instituciones formativas que en general perciben y comparten en los más diferenciados procesos y estilos de desarrollo de las mismas.
El futuro de la revista estará en manos de los investigadores y creadores de los procesos educativos, desde las más amplias y complejas formas de entender y valorar las actuaciones educativas en los más diversos escenarios: formales y no formales, que destacan por su presencia e impacto en los múltiples proyectos y programas de educación.
Se espera que la filosofía jurídica promueva nuevos valores y formas genuinas de entender los Derechos Humanos, aprovechando el campo de la educación, la pluralidad de opciones, saberes y estilos de engrandecer a cada persona, desde el reconocimiento de su plena singularidad y en coherencia con los verdaderos desafíos, que un mundo globalizado, abierto y en crecimiento en espiral nos demanda, en cuanto generadores de nuevas formas de relaciones humanas y de reconocimiento de los estilos que han de desempeñarse como personas, entre la incertidumbre y la complejidad.
La investigación apoyada en una diversidad de enfoques, perspectivas, modelos, métodos etc., proporcionará a la sociedad nuevos elementos de conocimiento desde los que mejorar los procesos educativos y los sistemas, que promueven una educación integral y en permanente mejora. Confiamos avanzar en diversas líneas de investigación y búsqueda de los saberes educativos, pero adaptados a la grandeza y polivisión de los seres humanos, auténticos protagonistas de los derechos y deberes, que hemos de asentar y descubrir, comprometiéndonos desde esta revista a proporcionar a todas las personas nuevas formas de avanzar y consolidarse como seres humanos.
Nuevos ejemplos, escenarios, tipologías y formas de desempeñar los proyectos y procesos educativos nos convulsionan, así entre esta pluralidad de retos, algunos se han consolidado como nucleares, a saber: el compromiso con las potencialidades diferenciadas de cada persona, la visión humanista y colaborativa de los profesionales, la justicia restaurativa, el significado de cada estudiante y docente como verdaderos protagonistas de los procesos educativos, la mutabilidad de las instituciones educativas, el significado educativo de las TIC, las múltiples formas en redes y uso de apps, que han incidido exponencialmente en los modos de sentir, compartir y comprender los procesos educativos, así como la pluralidad de estilos formativos desarrollados en las organizaciones educativas.
La educación es la actividad esencial y vital, que posibilita a cada persona un camino de auténtica búsqueda, así como de preparación para desempeñar el proyecto de vida, que les permita encontrar las respuestas más creativas ante la complejidad de retos y problemas, que se captan y comparten en la sociedad del conocimiento, urgida de una educación que capacite para la vida, el dominio de nuevas competencias clave, así como el compromiso ante los permanentes desafíos de la vida polidimensional.
Se confía que la nueva revista promueva visiones y concepciones, que propicien soluciones creativas y adecuadas a los numerosos problemas de la educación actual, encontrando diversas síntesis entre las más valiosas tradiciones del sistema educativo español y la descentralización en las nuevas autonomías, inventando nuevos ejes transversales que promuevan la educación integral de cada ser humano, asegurando el dominio de las competencias clave, el avance en los genuinos valores europeos y el auténtico diálogo con las nuevas identidades migrantes, un mundo convertido en una aldea global ante los intensos desafíos de las sociedades emergentes y en constante interacción e interdependencia.
Se invita a todos los profesionales preocupados por asegurar el derecho de las personas a soñar y asumir su trayectoria vital, tomando las decisiones más valiosas y pertinentes para sentirse personas en un mundo complejo y vivir su trayectoria vital como auténticos ciudadanos, que valoran y trabajan la ecoformación como una forma distinta de sentirse innovadores y generadores de complejos modos de ser y de vivir, comprometidos con la pluralidad social, cultural, económica e internacional.
Los profesionales de la educación y las instituciones educativas encontrarán en la revista la oportunidad de compartir sus innovaciones e investigaciones, a la vez que enriquecen ante las aportaciones de nuevos expertos y grupos de desarrollo personal, institucional y humano, que participen con sus artículos, ofreciendo diversas perspectivas y propiciando a los expertos en Derechos Humanos y Educación la posibilidad de afianzar la tarea formativa como la actividad más valiosa, que todo ser humano puede conocer y compartir, tanto desde las instituciones como desde los más complejos escenarios. La sociedad actual asume la complejidad y la incertidumbre como dos características constitutivas de ella, entre las cuales las personas han de preguntarse a lo largo de su existencia y promover nuevas líneas de transformación global y de desarrollo sustentable.
Deseamos invitar a todos los profesionales, familias, innovadores, investigadores y colegas de las más diversas instituciones educativas, formales y no formales, quienes han de sentirse implicados ante este gran proyecto, que nos compromete a generar prácticas educativas y nuevos modelos que descubran el radical derecho de las personas a ser los protagonistas de sus propias vidas y a actuar en plena cooperación con otros seres humanos, en la sociedad global y en cada escenario educativo concreto.
Derechos Humanos y Educación: Importancia de la Educción
Ya en la Grecia clásica la educación tuvo una influencia excepcional y fue entendida como un elemento indispensable para la formación de los individuos, como buenos ciudadanos, desde la infancia.
Sócrates, Platón y Aristóteles no sólo formularon grandes elogios de la educación sino que, además, dedicaron mucho de su tiempo al arte y la praxis de educar, hasta el punto de crear escuelas y formar una importante estela de discípulos que, junto con ellos, fueron los más importantes intelectuales de su tiempo y un espejo para el futuro de la humanidad, que siempre se ha referido a ellos como “los clásicos”, en los que se han inspirado en gran medida las generaciones posteriores hasta nuestros días.
Tal era la fe de Aristóteles en la educación que llegó a afirmar que “aquellos que educan bien a los niños merecen recibir más honores que sus propios padres, porque, éstos sólo les dieron la vida, aquellos en cambio, el arte de vivir bien”.
Y no le faltaba razón pues, si es importante vivir (mantenerse físicamente en la existencia), mucho más importante es la vida buena, que es fruto del cultivo del espíritu y del intelecto, cualidades o atributos específicamente humanos, que permite a los seres humanos mantener un continuo proceso de aprendizaje y desarrollo de su propia personalidad y dignidad.
Han pasado muchos siglos y las necesidades humanas, con respecto a su desarrollo integral como persona y al descubrimiento y progreso de su propia dignidad, han cambiado, transformado a su vez un campo de la filosofía educativa que, sin duda, debe estar al servicio de los Derechos Humanos y de la dignidad de la persona.
Los Derechos Humanos ¿Utopía o realidad?
Los Derechos Humanos son consustanciales a los seres humanos, a todos, y, por tanto, son intemporales, han existido siempre, pero no éramos conscientes de ellos. Hemos ido descubriéndolos gracias al aprendizaje, a la educación.
Hoy ya casi nadie duda de la existencia real de nuestros Derechos Humanos, iguales para todos. Se ha logrado hacer realidad el primer sueño de la humanidad: Verlos reconocidos. Sin duda, a lo largo de los siglos, se ha avanzado de forma sorprendente en el reconocimiento –digamos en la conquista- de los Derechos Humanos perdidos o desconocidos.
Tal conquista ha podido llevarse a cabo gracias al espíritu utópico e inconformista del ser humano porque sin utopía ningún avance en el reconocimiento de los Derechos Humanos hubiera sido posible.
Pero, si contemplamos el mundo que nos rodea, el panorama se muestra aún desolador, pues los Derechos Humanos siguen violándose constantemente en muchos lugares, demasiados de nuestro Planeta. Por ello no ha de sorprendernos que, a primera vista, muchos sufran un profundo desencanto, hasta el punto de que oír hablar acerca de los Derechos Humanos lo consideran más una «utopía» que una realidad, los perciban como «un sueño imposible».
Por esa razón ahora estamos empeñados en hacer realidad el segundo sueño o si se prefiere, la segunda utopía, y es que algún día se respeten los Derechos Humanos en todo el mundo y desaparezcan las desigualdades entre todos los seres humanos: entre hombres y mujeres, de diferentes colores, lugares geográficos, etnias, ideologías y religiones; donde nadie en el mundo pase hambre y necesidades; donde todos nos respetemos y, cualquiera que sea el lugar donde vivamos. No podemos conformarnos. Hemos ganado una etapa, pero debemos seguir caminando hacia la meta de nuevas conquistas. El sólo reconocimiento de los derechos, concretados en solemnes declaraciones, no basta, si los derechos no son realmente efectivos en la práctica. Ha terminado una «utopía» y nace una nueva: la «utopía» de la plasmación real de las garantías de tales derechos para todos los seres humanos.
En efecto ni la generalización, ni la universalización de los Derechos Humanos resolvía el problema de la eficacia de los mismos, la seguridad de que fueran respetados. Era necesario, sí, conseguir su reconocimiento en Declaraciones Universales para exigir después las garantías de su ejercicio plasmadas en Tratados y Convenios. Ahora es necesario seguir caminando, seguir trabajando en busca de nuevas metas, soñar una «nueva utopía» que algún día veremos transformada también en realidad.
Con esta nueva revista sobre Derechos Humanos y Educación queremos contribuir a la construcción de un mundo, patria de todos, sin diferencias. Y nos proponemos ofrecer en ella una plataforma de reflexión y debate, no tanto sobre la concepción y las características de los Derechos Humanos, cuestiones que consideramos suficientemente tratadas y debatidas -a veces ya reiterativas y manidas -, como sobre las garantías y la protección de los derechos, tanto individuales como colectivos y sociales, en la vida real de nuestro tiempo.
Educación en y para los Derechos Humanos[1]
Una cuestión crucial para que los derechos se encarnen en la vida real, es la concienciación de los ciudadanos de sus propios derechos. Porque no podemos olvidar nunca que, para llegar a exigir el respeto a los Derechos Humanos, las garantías y protección de los mismos, es necesario conocerlos, pues entendemos que el respeto a los Derechos Humanos, tanto en su dimensión activa como pasiva, constituye la esencia misma del vivir dignamente de todos los seres humanos.
Y, por ello, queremos dedicar este nuevo espacio de reflexión e investigación principal y prioritariamente a la Educación en y para los Derechos Humanos, porque solo conociéndolos podremos exigirlos y respetarlos. No olvidemos que, si la educación es un derecho, la educación en Derechos Humanos es un derecho y un deber de todos. Por ello Queremos contribuir con nuestro esfuerzo a formar la conciencia de los individuos responsables y libres en la necesidad tanto de exigirlos como de respetarlos.
Reivindicar el respeto a los Derechos Humanos, exige, ante todo, conocerlos y tomar conciencia de su transcendencia para que los seres humanos puedan vivir con dignidad, en libertad y en paz dentro de sociedades de seres que se reconocen y respetan como iguales. Cuando se ha asumido en lo más profundo del ser, como individuos y como ciudadanos, la conciencia de igualdad y de respeto a todos los seres humanos es muy difícil violar sus derechos.
Lo cual exige sin duda una sólida Educación en Derechos Humanos, tanto a nivel individual como de toda la sociedad y, en especial, de los colectivos que tienen influencia e incluso responsabilidad dentro de la sociedad, para hacer respetar los derechos de todos los ciudadanos.
Formar conciencias responsables en la transcendencia y universalidad de los Derechos Humanos es la pretensión básica de la revista Derechos Humanos y Educación, intentando conectar los conceptos y la metodología de la educación con los conceptos y vivencias de los Derechos Humanos en una sociedad civilizada del siglo XXI.
Con un programa universal de formación y Educación en y para los Derechos Humanos, patrocinado por organismos de prestigio internacional, por ejemplo por la UNESCO, se solucionarían muchos de los graves problemas de la humanidad, problemas de respeto y convivencia entre los ciudadanos de cada país y se crearía una conciencia de paz entre los estados, que redundaría, si no en la eliminación, sí en la disminución de las guerras.
Las migraciones dejarían de constituir un problema y las intolerancias por xenofobia perderían el sentido en un mundo en que los seres humanos desde la infancia conozcan y hayan interiorizado en su conciencia el respeto a los Derechos Humanos, donde todos nos consideremos iguales y donde, como decía Marco Aurelio, no quepan distinciones entre nacionales y extranjeros porque “todos somos ciudadanos del mundo” puesto que todos compartimos una «φύσις κοινὴ» (fisis coine), es decir, la misma naturaleza.
Con un plan universal de Educación en Derechos Humanos desde la infancia se resolverían muchos problemas de convivencia entre los seres humanos y entre los pueblos, aprendiendo a respetar los Derechos Humanos explicitados en las Declaraciones, Tratados y Convenios, firmados y ratificados por la mayoría de los países del mundo, pues, sin duda la formación, la educación en derechos humanos, la cultura de los derechos contribuirá a asumir en todos los pueblos la igualdad universal.
En efecto, estamos ganando la batalla jurídica transformando el sueño y la utopía de nuestros derechos en una realidad plasmada en Documentos (Declaraciones, Convenios, Tratados y Constituciones. Y hemos logrado que se establezcan Tribunales que garanticen esos derechos. Pero es necesario todavía ganar otra batalla: la de la extensión de las garantías y los Tribunales a todos los pueblos. Falta aún ganar la gran batalla de los hechos, de la protección real e igual para todos.
Porque los Derechos Humanos siguen violándose. Basta con que nos asomemos cada día al panorama nacional e internacional para constatar esta cruel y desgarradora, pero indiscutible realidad. Tenemos que seguir luchando hasta conseguir que los Derechos Humanos se garanticen en todo el universo, a todos los hombres sin distinción alguna. Es un reto para seguir trabajando y convertir la utopía en realidad hasta conseguir que los Derechos Humanos no sean simplemente un bello canto escrito en el papel, sino que realmente sean respetados por los ciudadanos del mundo y garantizados efectivamente por todos los gobernantes y los Tribunales internos e internacionales.
Y para lograr ese sueño en un mundo mejor, nos atrevemos a formular una propuesta. Se trata de crear actitudes y aptitudes, nacidas de nuestro interior, de nuestro corazón, de nuestra mente y nuestro convencimiento racional de que todos somos iguales y, por tanto, todos somos igualmente respetables. La solución vendrá, sin duda alguna, del conocimiento y la Educación en Derechos Humanos, pues sólo la educación será capaz de transformar nuestros sentimientos y nuestra razón que, a su vez, irán creando nuevas actitudes de respeto y solidaridad entre todos los seres humanos las cuales transformarán las acciones violentas en acciones de respeto y de paz. La paz no llegará a ña Tierra, no se instaurará entre los seres humanos ni por la violencia, ni las armas, ni la guerra, sino por la transformación racional de los seres humanos a través de la Educación en Derechos Humanos, una educación para la no violencia, para la paz, para la igualdad, para la solidaridad.
Estamos convencidos de que para ello hay un camino, un único camino. Existe un único camino para conquistar de nuevo el Paraíso, el Edén. Ese camino es la Educación en y para los Derechos Humanos a todos los habitantes de la Tierra. Si lográramos convencer a todos los gobernantes del mundo, o, al menos, a los que integran la Organización de las Naciones Unidas, para elaborar un plan común de educación en Derechos Humanos, transcurridas una o dos generaciones, el respeto a los Derechos Humanos se habrá incrementado exponencialmente cambiando radical y positivamente el grado de respeto y el nivel de convivencia de los ciudadanos de la mayor parte del mundo, lo que redundaría, al mismo tiempo, en una mejora de las relaciones y la convivencia entre todos los pueblos.
Desde esta revista de Derechos Humanos y Educación, en la medida que nos sea posible, queremos contribuir a la conquista de estos ideales de transformación del mundo a través de la Educación en Derechos Humanos. Para ello los promotores hemos creído que una buena aportación sería la creación de esta nueva revista de Derechos Humanos y Educación como plataforma de investigación, análisis y divulgación de la dignidad humana y de la igualdad de derechos de todos los seres humanos. Esperamos que tenga buena acogida y que, entre todos los que colaboremos en ella, podamos aportar, aunque sea humildemente, nuestro esfuerzo y nuestros conocimientos al servicio de tan digna causa.
Para llevar a cabo esta iniciativa de profesores de las Facultades de Derecho y de Educación de la UNED y promovida principalmente por los Departamentos de Filosofía Jurídica y de Didáctica, Organización escolar y Didácticas Espaciales, es necesario un patrocinador o “mecenas” que soporte el peso de la edición.
Debemos agradecer a la Editorial Universitas su acogida y disponibilidad para patrocinar la edición de esta nueva revista cuyo objeto es presentar nuevas investigaciones, avances y propuestas en cuestiones de Educación y Derechos Humanos. Esperamos no defraudar sus expectativas para seguir contando con su apoyo en el futuro.
También queremos agradecer a todos los expertos que, confiando en los promotores, van a emprender con nosotros esta ilusionante aventura de la creación de la Revista Derechos Humanos y Educación, aceptando formar parte del Comité Editorial y del Comité Científico, así como del equipo de evaluadores para proporcionar la calidad necesaria a cuanto en ella se publique. A todos, gracias.
De igual forma agradecemos la aceptación a los autores de reconocido prestigio en los temas presentados, quienes nos han honrado con sus publicaciones en este número, aceptando la invitación y el ruego que le hicimos para que nos proporcionaran un artículo de temas en los que, cada uno de ellos, es especialista. A todos ellos, y a los que nos honren con sus publicaciones en el futuro, también gracias.
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[1] Véase MARTINEZ MORÁN, N., “Educación Mundial en y para los Derechos Humanos: Un reto para la Educación en el siglo XXI”, en Constitución y Democracia: Ayer y Hoy, Vol. II, Editorial UNIVERSITAS, Madrid, 2012, pgs.2425-2454.